viernes, 25 de febrero de 2011

UN SISTEMA EN EQUILIBRIO

Cada uno de los bosques formados desde hace millones de años proporcionan al hombre un gran número de mamíferos, aves e insectos que viven un sutil estado de equilibrio entre sí y con el ambiente que les rodea. En teoría, los animales que se alimentan de semillas pueden llegar a destruir el bosque al devorar todos los frutos destinados a dar origen a nuevos árboles; pero en la práctica esto ocurre rara vez o cuando la mano del hombre interviene desmedidamente. Cuando la mano del hombre no interviene los animales predadores, los búhos, los halcones, las zorras y otros limitan la población de insectos granívoros, de ratones y de ardillas, logrando que sobrevivan suficientes semillas para asegurar el reemplazamiento de los árboles viejos y enfermos. Si los predadores fueran demasiado voraces y destruyeran a todas sus presas serian victimas de sí mismos pues inducirían a la disminución de su propio alimento.
LOS BOSQUES CREADOS POR EL HOMBRE:
Los viveros las plantaciones y los bosques creados por el hombre pueden responder eficazmente a la creciente demanda de madera y productos derivados que ejerce la civilización, sin poner en peligro los ecosistemas naturales que actualmente siguen corriendo el riesgo de ser arrasados por el hombre por la ambición y el crecimiento económico de las regiones donde existen potenciales reservas de madera. El siglo diecinueve fue una época ejemplar de explotación desenfrenada, particularmente en ciertas regiones del Hemisferio Norte, en donde las reservas parecían ilimitadas. Al parecer aquellos explotadores llegaron a pensar que la naturaleza había creado los bosques sin ninguna razón; la humanidad podía utilizar todo lo que viera a su alrededor para su provecho; pero posteriormente hubo de reconsiderarlo seriamente. Durante las últimas décadas de aquel mismo siglo y las primeras del siguiente hubo un movimiento conservadurista dirigido por Gifford Pinchot, y el presidente Theodore Roosvelt declaró que aquel tipo de explotación únicamente podía conducir a un desastre económico y ecológico.
El concepto de RENDIMIENTO SOSTENIDO es fundamental en el planteamiento de los bosques creados por el hombre.
Se debe tener muy presente que el mercado que existe, los aserraderos, las fabricas de papel o la demanda general de las industrias, puede ser constante o uniformemente creciente. Las extracciones forestales siempre están encaminadas a satisfacer la demanda, tanto la actual como la futura, dentro de los límites del ciclo natural de producción de madera. En términos generales esto significa que si los árboles necesitan cincuenta años para llegar a su plena madurez, cada año puede talarse una cincuentena parte del bosque y debe ser repoblado el mismo en igual proporción. El trabajador encargado de la tala puede seleccionar un gran grupo de arboles, o varios grupos pequeños dispersos, o también cortar de manera aislada una cincuentena parte de los arboles del bosque, pero por ningún motivo se debe sobrepasar los límites de LA TALA PERMITIDA, dicha tala permitida, correspondiente al incremento anual medio del crecimiento del bosque se establece mediante la valoración de muestras tomadas durante un periodo de varios años y es corregida regularmente.
Los selvicultores responsables están aplicando las últimas técnicas científicas para obtener un rápido crecimiento a un mínimo costo. La mecanización sustituyo a la mayor parte de los métodos tradicionales, especialmente en lo que respecta a la obtención de los semilleros, la reserva necesaria de pequeños arboles para la repoblación.
La experiencia en la práctica ha demostrado a los investigadores del tema que lo más rentable es plantar en principio un numero de plantas mayor que el requerido, aproximadamente deben sembrarse diez arboles por cada uno de los previstos, ya que una parte no establecida con exactitud no sobrevivirán al ser sofocados por malas hierbas, comidos por animales, atacados por insectos o derrotados por las enfermedades. Otra gran parte, los más débiles, deberán ser arrancados para dejar espacio libre para el buen desarrollo de los más fuertes, los menos vigorosos, aunque sean de tronco delgado, serán también utilizados como maderas para la construcción de cercas, como puntales para cabañas pequeñas o minas, mientras que la pulpa y los trozos pequeños serán utilizados como combustible.